El techo solar en un automóvil aporta un mayor confort al volante. Algunas versiones cubren todo el habitáculo
Durante algunos años la industria del automóvil consideraba la opción del techo solar en los vehículos como un extra de alta gama.
Los modelos más exclusivos o que buscaban alcanzar importantes ventas incorporaban de fábrica esta versión de la carrocería.
Con el paso del tiempo, el techo solar fue evolucionando con nuevas modelos como el techo panorámico. Algunas versiones resultan complementarias al techo solar, otros incluso tienen limitadas sus funcionalidades.
Las dos versiones tienen como objeto proyectar un mayor confort de conducción y de viaje para todos los ocupantes del vehículo.
No obstante, las diferencias entre un techo solar y uno panorámico en el automóvil son muy importantes. Además, el propietario del coche deberá elegir la versión más adecuada en función del clima por donde transite el vehículo de forma habitual.
El techo solar se puede decir que es una ventanilla más del vehículo. A través de él entra la luz natural, aunque se puede proteger de ella interiormente, y también permite la renovación del aire del interior del automóvil. Para muchos conductores es la versión compacta de una descapotable.
En el mercado existen varias versiones de techos solares, pero el más habitual ofrece tres posiciones: cerrado total, abierto parcial y abierto completo.
Por el contrario, el techo panorámico suele ser fijo, es decir, no se puede abrir, aunque también está la versión practicable con opción de apertura.
La gran diferencia con el techo solar son sus dimensiones. Un techo panorámico habitualmente cubre la más alta del vehículo.
El techo solar es una opción que la mayoría de vehículos pueden incorporar incluso después de ser matriculados. Sin embargo, aunque fue una tendencia hace algunos años sumar este extra ya no resulta nada habitual.
Supone una inversión económica muy importante para el dueño del vehículo, parte en la mayoría de casos desde los 1.300 euros, y su montaje resulta una labor muy delicada.
Conseguir unos estándares de estanquidad y aislamiento, como si fueran de fábrica, es un trabajo que deben realizar exclusivamente empresas especializadas en este campo de la industria automovilística.
Cabe recordar que después de montar un techo solar el vehículo deberá superar una nueva homologación antes de volver de nuevo a la circulación. Este peritaje se realiza en un centro de inspección técnica de vehículos (ITV) y su coste medio son unos 100 euros.